Se despertó con los últimos suspiros de la noche. Ni un minuto más quiso quedar en la cama. Preparó la ducha como de costumbre, ordenó su habitación, dispuso lo necesario para el desayuno, eligió cuidadosamente la ropa que vestiría, sobre todo, interiormente quería lucir de fiesta. Todo indicaba que ese día sería especial y que lo pasarían muy bien. Prosiguió su ritmo habitual previendo que todo esté lo mejor posible para una visita galana.
Justo a la hora esperada sonó el timbre. No tenía en su mente más que una figura esbelta, sonriente dispuesta al gran abrazo del reencuentro. Abrió la puerta sin vacilar. Su rostro se transformó al ver lo que traía el visitante que no era el esperado. Una diminuta figura vestida con uniforme beige le acababa de recordar que era último viernes del mes y correspondía fumigar la vivienda.
-Hoy es imposible -dijo con voz enérgica- y se disculpó. Lo esperaré el próximo mes. Sonrió como si no pasara nada, saludó al servidor y cerró la puerta.
Respiró profundo aliviada por deshacerse del intruso. No permitiría que ningún otro aroma más que el de su perfume permaneciera en el ambiente.
Los minutos caminaban y sus ojos se desorbitaban de tanto en tanto ante ese tic tac que no se detenía. "Algo le habrá pasado", murmuró en soledad. "¿Será por el trabajo? ¿Estará enfermo?" -y su mente se cubría de remolinos en conflicto. "Si tiene mi número de teléfono ¿por qué no me llama?
Los minutos y las horas se sucedieron. La oscuridad hacía menos visible su habitación, no quería luces. Sólo permitió a un velador de pié con una pantalla floreada de cono truncado, que fuera su guía. Se había transformado en una zombi hasta quedar del todo adormecida sobre la fría cama. Se despertó a la madrugada, buscó su piyama, se cambió de ropa y volvió a cerrar los ojos para quedarse profundamente dormida.
Al despertar seguía con la ilusión de verlo llegar. Su casa parecía más vacía que nunca, al igual que su estómago, pero no sentía hambre. Encendió su computadora en busca de noticias, aunque no consiguió más que deambular por páginas y páginas, sin interés más que aquella visita truncada por el destino, o vaya uno a saber por qué.
Cuando se enteró del motivo del desencuentro, fue tarde ese día para lograr una reacción positiva. Ya no tuvo ganas más que las de permanecer en la nebulosa gris. De a poco volvió a reconciliarse consigo misma y escribió este relato a modo de desahogo. ¿O es que no sabes que la escritura es un escape y sirve de terapia a los sentimientos?
Por suerte, los nubarrones fueron desapareciendo paulatinamente y su vida recobró la normalidad, haciendo posible que el amor vuelva a posarse sobre su corazón, con el amor de ese hombre que aquel día no la hizo sentir feliz.
lunes, 22 de junio de 2015
sábado, 20 de junio de 2015
Nubes del silencio
Nubes del silencio
Hoy me puse a
contemplar
las estatuas de
las nubes
entre grises y
azulinas
y las que lloran
al mar
Como rocas
apiladas
en cuadrados
imperfectos
otras desprenden
jirones
de multicolores
huertos.
Se acomodan en
pompones
cubriéndose del
gran frío
otras yerguen
orgullosas
como focas en el
río
Pinceladas al azar
se deslizan
presurosas
son las que
escapan del viento
desgranando
mariposas
Árboles
amontonados
duermen unos sobre
otros
alas de aviones
soleados
entre luciérnagas
y potros
Y entre tantas,
tantas nubes
hay una, la más
hermosa
de rasgos no
definidos
la de una gran
sonrisa
la que me regala
besos
la de atrás del
horizonte
la que se refleja
en el mar
y en el infinito río
Son tus labios,
desde lo alto
que me tientan con
sus besos
¿son de miel o son
de luna?
son de nube, son
de sueño
en silencio
sabatino
viernes, 19 de junio de 2015
Aureola
Por el bulevar rojizo
van las notas románticas,
se filtra un compás de triste
caminante en
melodías
Ella hacía el viaje de ida
él emprendía el regreso
El fango enturbió
la noche
adormeció la alegría,
el vergel
calló el bullicio
de la lluvia sabatina
Los nubarrones despiertos
tildan mágica
armonía,
controvertidas aureolas
se entretienen con violetas
El sol revirtió su
brillo
por el ir de contramano
en vértices de faroles
inclinados hacia abajo
por si los vientos no fueran
hacia el norte ni al nordeste
Raro el sigilo éste
en vaivén
si del frío saliera el sol
y
del verano la nieve,
como si en cálido día
necesitaran abrigos
y
las mallas y bikinis
en trunco tiempo de escarcha
A pesar de todo esto
nubes negras se evaporan
las mariposas cantando
se perfilan, se decoran,
ganan
brisa y viento a favor
disfrutan fresas jugosas
aromatizando al vuelo
tan alegre, vaporosas.
sábado, 6 de junio de 2015
Palabras más palabras
Palabras más palabras
Destemplado y ceniciento mi rostro
sobre tu
pecho silencioso y paciente
Me interno en el mundo de las letras
hilando palabras para escribirte
ni un suspiro atraviesa la muralla adversa
Acongojada reposo,
esperando el milagro sin señal
un hormigueo se filtra en mi cerebro y turba mi
vista
Las palabras caminan sin patas, nadie se percata
atraviesan el tapial y la turbiedad nocturna
en vuelo nebular hacia tu guarida
Te diviso por el sendero y desahogo un grito
ven! ven! te espero, te quiero!
Suena inocente
un nebel
la siesta ha sido eterna
¿Adónde va nectarino caminante?
viernes, 5 de junio de 2015
Entre aguijones y aletazos
Perduran aguijones, resistentes
amalgamados a ilusiones truncadas
que reposan en la alfombra.
Mientras las mariposas
duermen sobre tu almohada
acariciadas por tu silencio ignoto
Duendes codiciosos
se disputan la alegría que no llega
Raudos buscan una guarida inexistente
¿será azul, carmesí, bermellón o esmeralda?
Los aguijones se turnan para no sucumbir
en el aletazo mágico del corazón sobreviviente
Cunde el pánico
batallan calores inconclusos
De a poco regresa un envión de bríos
tu sonrisa me regala palabras de amor
tu perfume invade mis entrañas.
Serpentinas
Los silicios
se escudan tímidamente en el brisar
vulcanio
y en alas carmesí cimbran en la madrugada.
Despertar de evaporitas que ansían un poco de
dulzura
cubren manantiales y selvas despejadas.
Fosforitas desnudas bregan por fragancia de rosas
entre rocas y alamedas silenciosas.
Capas sobre capas luchan por sobrevivir
deformaciones tectónicas limitan su potencia.
El otoño carga sobre sus espaldas el hierro
de amaneceres solitarios y silenciosos.
Las esmeraldas se opacan por la humedad
encubierta por
el frío fantasmal
La frialdad del ambiente invita a la radiación
accede gustosa acompañada por la convección.
Los magmas pugnan por un suave sendero
hacia las cálidas caricias del rey sol.
El metamorfismo triunfador , airoso, baña
con serpentinas de granates y andalucitas.
Y el movimiento continúa sin darnos cuenta
convirtiéndonos en misteriosos seres.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)