domingo, 29 de mayo de 2016

NAUFRAGIO

NAUFRAGIO
Anoche te envié un barquito
un barquito de papel
abrazos llevaba en proa
en la popa muchos besos
y en el centro mil caricias
cálidos  mimos a granel
El barquito entristeció
y a su timón le dio un giro
al no encontrar su destino
a todo desparramó
abrazos, besos
caricias y mimos
en el mar de otro domingo

gris, lluvioso,  naufragó. 

EL HIJO DE COCA

No solo tú estás solo en este momento. 
Brindemos por todos aquellos que en su soledad, siguen teniendo fe en la vida y en el amor.

sábado, 28 de mayo de 2016

EN ALAS DE ARCO IRIS


EN ALAS DE ARCO IRIS
Cuando de repente
la angustia batalla
en un  día otoñal
que todo pinta gris
los claustros vacíos
ecos de silencios
toman la partida
Y mágicamente
refulge el arco iris
presente en obsequio
portando tu nombre
cargado de besos
abrazo y caricias
Al abrir mis ojos
percibo alborada
en bella sonrisa
renuevas mi vida
Entonces sonrío
vuelve la realidad
colma fantasías
despejo el vacío y
brota en mi alma henchida

¡Gracias por estar!

miércoles, 25 de mayo de 2016

SEMILLA AL VIENTO


SEMILLA AL VIENTO
Zarzamora en el moral
moras en la morera
o  moráceo en pantanal
atrae abejas negras

Césped, sombra y un farol
una semilla al viento
la tierra la cobijó
como en un aposento

Hoy te yergues altivo
muy bronceado por el sol
de otoño subtropical
sin hojas en derredor

Paraíso es tu nombre
atestiguas los sueños
muchos niños jugando
en primavera al vuelo


Tus hojas le dan sombra
y en palco muy natural
cobijas las alondras
calandrias y palomas.

Las nubes vigilantes
navegan lisonjeras
atrayendo humedades
de manantial abierto.

Y en algún sitio estarás
a distancias ignotas
o muy cerca mi niño
despidiendo gaviotas

Zarzamora en el moral
moras en la morera
como niños amantes
sueñan la vida nueva.

martes, 24 de mayo de 2016

TIERRA ROJA

TIERRA ROJA
Cuando imparcial
me propongo
parcializar
con didáctica
busco el cultivar
se impone el amor
turgente y libre

Al ver la tierra
que me vio nacer
nostalgias nacen
del atardecer
cuántos lapachos
vi florecer
cuántas liebres
ñandúes y
cerdos vi cruzar
en mi camino
del amanecer

Y hoy te extraño
navegando
tu nombre al viento
tu temple al sol
tu sonrisa
constante y pura
todo ensueño fue.


sábado, 21 de mayo de 2016

ORQUÍDEA DE MISIONES, ARGENTINA

Veo su cara tallada en el árbol sobre las flores y a un oso de perfil que besa su mejilla derecha, mientras él se colma de placer con el aroma de las orquídeas. Debajo de las flores un rostro boquiabierto tallado  como si quisiera gritar algo al viento. El trío cuida el racimo de las bellas  color rosa. El árbol luce su verde y regala la sombra necesaria para que estas bellezas no sean agredidas por la crueldad de los rayos que viajan atravesando el agujero de ozono. He tenido la suerte de visitar el lugar dos décadas atrás, y sigue tan bello como siempre o más.

miércoles, 18 de mayo de 2016

AL DESPERTAR

Al despertar, las preguntas
surcan todo el universo 
los colores centellean 
en aquel caleidoscopio
que alguna vez contemplamos
felices y sorprendidos
por la creación inmensa
del universo fundido
gigantes, duendes y niños.
Hoy al despertar me intriga
¿quién vela tus noches frías
desvelado por la gripe?
¿Quién te cubre con la manta
y te acerca el té a la cama?
Tal vez nunca podré hacerlo
quizás será una  mañana
entre estrellas y azulejos
entre abrazos y aparejos.


martes, 17 de mayo de 2016

HOJAS DE NARANJA AMARGA

Hojas de naranja amarga

Ana se despertó sobresaltada. Su pequeña de cinco años volaba de fiebre. A la una de la madrugada en el pueblo no se escuchaba más que el volar de los mosquitos hambrientos. Menos se podía esperar que haya una farmacia de turno, ya que el farmacéutico vivía en una casa al fondo del terreno y el timbre, menos el portero eléctrico, no existían, por lo que sería una pérdida de tiempo pensar en conseguir  un medicamento. Recordó algunos remedios caseros que su abuela preparaba y sin pensar más se calzó las alpargatas, se vistió un abrigo y salió corriendo hacia la casa de una vecina que distaba unos 200 metros. Por suerte, Sofía era de esas vecinas solidarias que no se negaban a nada. Linterna en mano para alumbrar la huerta, arrancó unas plantas de perejil, las lavó con agua de pozo (no era aljibe), envolvió en papel de diario viejo y entregó a Paula, quien sin siquiera agradecer (dicen que es de mala suerte agradecer los remedios) dio media vuelta y volvió corriendo a su casa. En ella la esperaba Guido, con el fueguito encendido en la cocina a leña y el agua hirviente en una pava ennegrecida por el fuego y el pasar del tiempo,  para preparar la infusión de raíces de perejil. No tardó mucho en estar listo el té, que fue paseado entre dos tazas como para que se enfríe un poco antes de dar de beber a la niña. Paulita era la menor, y si bien los padres no acostumbraban a las demostraciones de cariño, ambos la amaban con toda el alma. Paulita tomó de a sorbos el té caliente y al rato comenzó a transpirar hasta quedar empapada, por lo que su madre procedió a desvestirla de a poco como para evitar el cambio brusco de temperatura, lo que podría resultar fatal.  Cambió su ropa y la cubrió con una frazada. La niña durmió sin nuevo sobresalto. El día amaneció lluvioso y frío. Paulita mostraba un cuadro gripal sin fiebre intensa,  pero la febrícula continuaba. Paula recordó que el médico en oportunidad anterior con un cuadro semejante con otro de sus hijos, le había dicho que la gripe se cura sobre todo con reposo y té caliente. Además había que evitar el cambio brusco de temperatura.

   Ese día iba a preparar pan casero, el dinero escaseaba y había que ajustar gastos. Era un lujo comprar en  la panadería. A media mañana, escuchó a Paulita que despertó con tos. Pensó en lo que podía darle de tomar. Recordó el té de naranja amarga a la que llamaban “apepú”, la planta que tenían en la quinta rebosaba de frutas, no servía para tomar el jugo,  pero sí su corteza era utilizada para preparar dulce en almíbar. Arrancó tres, o cuatro o quizás más hojas del árbol, las lavó y colocó en un jarro de aluminio, agregó unas cuantas cucharadas de azúcar blanco, varios carbones hecho brazas en el horno, donde luego iba a cocer el pan, lo revolvió hasta salir humito aromático, agregó las hojas de naranjo, revolvió y sobre ellas agua hirviente. Dejó hervir unos minutos más, dos o tres, y retiró del fuego. Esperó a que enfríe un poquito, no mucho, tomó una bombilla y se lo llevó a la cama de Paulita, quien esperaba despierta a su mamá. Llegó la noche y hasta ese momento bastaron no más de tres tazas de esta infusión para que Paulita recupere la respiración normal. Pasaron  algunos días, y todo el malestar y el susto habían quedado atrás, gracias a la buena vecina y a la receta del  té de la abuela. 

domingo, 15 de mayo de 2016

DÍA DISTINTO.

“Día frío, especial para quedarme en casa y disfrutar de mucha tranquilidad y mi soledad”, pensó Rita esbozando una sonrisa. Era sábado. Se levantó de la cama más tarde de lo que acostumbraba y como era habitual, se desperezó bajo la ducha tibia y reconfortante. “Hoy no estás para compartirla” se dijo en el momento justo en que sus manos espumosas dejaban al descuido el jabón rosa que le traía recuerdos. El ritual posterior no fue diferente al de todos los días: secador  y cepillo para el cabello, crema y loción para el cuerpo, delineador y labial para no verse con una simple cara lavada, todo como si hubiera adivinado  lo que la esperaba. Se preparó unos mates, colocó la yerba, un poquito de azúcar, y apenas una pizca de manzanilla. Lo sacudió como para mezclar todo y echó un chorrito de agua fría sin mojar toda la yerba, luego el agua a punto listo como para cebar la infusión. Esperó unos minutos y colocó la bombilla. Los primeros sorbos que suelen venir acompañados de polvo de la misma yerba mate, los echó a la pileta. Recordó las cascaritas de naranja, por lo que desenroscó la tapa del recipiente y tomó varias que ya estaban secas (Las cascaritas ella misma las prepara cuando pela las naranjas, lo hace cuidadosamente tomando solo la parte anaranjada porque la corteza blanca es amarga, y las deja secar).  Estaba feliz por el día que la esperaba. Ni siquiera iba a cocinar porque había comida en la heladera y solo faltaba calentarla antes del almuerzo.
   Bastó que se sentara ante la computadora (servidor) para que sonara el teléfono.
-Hola! Cómo estás? Cómo será tu día hoy? Estarás muy ocupada? –la voz  al otro lado del hilo no la dejó elegir respuesta.
-Hola! Bien! Nada especial para hoy. Por qué? –recordó que tenía que salir a las cuatro de la tarde a visitar a un alumno para explicarle un tema de matemática, y se lo dijo.
-Entonces voy a visitarte –dijo con tono decisivo.
-Está bien –respondió la dueña de casa con el pensamiento puesto en que su día no sería el mismo del que había planeado.
   Tomó unos mates, encargó empanadas para reforzar el almuerzo, revisó su correo electrónico, escribió un par de comentarios en algunas de las Comunidades a la que es asidua visitante, y sonó nuevamente el teléfono.
-Ya estoy cerca, puedes salir a mi encuentro?
-Ahí voy –respondió Rita.
Era casi mediodía  cuando se encontraron. Entre sus domicilios hay más de hora y media de viaje. El almuerzo transcurrió con amena charla. Sobre todo la de la visita que no se callaba ni para masticar los alimentos. Contó historias y más historias. Rita que acostumbra a estar en silencio hasta cuando escucha la radio o sintoniza un canal de televisión, el volumen no supera los 20 decibeles, estaba segura que Marta sobrepasaba al doble de ese volumen, en bien de sus oídos quería decirle  basta pero su corazón y su alma la invitaban a tener paciencia ya que la grata visita (dentro de todo, grata) no sería para mucho tiempo. La hora se aproximaba, Rita avisó que pasaría a vestirse diferente, porque el ambiente no estaba para andar desabrigada. Se calzó las botas, tomó un abrigo grueso y se sentó a esperar a que Marta terminara la casi última charla como visitante. Rita se aseguró de que todo esté cerrado, hasta las llaves de luz y calefacción.
   Caminaron juntas, Marta del brazo de Rita por temor a tropezar con una baldosa suelta, que en este barrio y muchos otros, abundan. Llegó el tren a horario y ambas ascendieron. Rita bajó tres estaciones antes de la que iba su amiga para hacer combinación. Pero la historia no terminó ahí, y el día realmente se presentaba distinto.

    Ya en casa de su alumno, se dispuso a explicar los temas demandados. Había pasado una hora cuando comenzó a sentir que su  olfato no le fallaba y desde la cocina un reconocido olor se expandía por todo el dos ambientes. El aroma particular y penetrante como molesto, salvo cuando se está dispuesto a comer al amigo del colesterol, comenzó a nadar hasta impregnar los cabellos limpios y prolijamente peinados, el abrigo colgado de un perchero y los poros de su piel perfumada. Rita solo pensaba en llegar al final de la clase. El olor a quién sabe qué cosa frita con aceite de mil usos,  le había quitado hasta las ganas de ir a la misa vespertina. Se sintió tal mal que lo único que quería era hacer lo que hizo: llegó a su casa, se desvistió, colocó su ropa en el lavarropas (lavadora) y respiró profundo bajo la ducha tibia.

sábado, 14 de mayo de 2016

INFLORESCENCIA

INFLORESCENCIA

Delineo mi nombre
en tu espalda entregada
con pinturas naturales
aún reptando en jangada
en el acerbo tiempo
con jugoso  anagrama
tu nombre en gallardía
En fortuito menester
e indomable deseo
surge un giro inesperado
avellanando mi espacio
con tu cálido placer
en blanco, rosa y topacio. 

AL AMANECER

AL AMANECER
¿Por qué versos tristes?
si los prefiero alegres
¿Para qué llorar si existe?
la ternura y el amor ardiente
aunque no puedo negar…
extraño tu saludo en madrugada
y tus besos tempraneros
meciéndose en mi almohada
extraño tu dulce tu sonrisa
y tus ojitos color miel
que hacen brillar las estrellas
en cálido amanecer

miércoles, 11 de mayo de 2016

HUECO EN EL TIEMPO

HUECO EN EL TIEMPO

Mientras
el extrañarte  no es extraño
la nostalgia se vuelve hábito
y por tenerte el alma clama
el corazón se debate
en abanico de amalgama
Allí
surge un hueco en el tiempo
en el profético pensar
que el fuego se extinguirá
en el abismo de ese
perdurable silencio
Pero
surge otro hueco en el tiempo
y estás presente, varonil
con perfume amaderado
exhalando en fuerte abrazo
tus deseos contenidos
hoy, tal vez mañana
es  día de victoria

los fantasmas ya no existen

miércoles, 4 de mayo de 2016

AGUA DE RÍO

AGUA DE RÍO
Quién sabe cuánta vida hay
en las aguas turbulentas
si aumentan día a día 
las especies tan variadas
o devora la hondonada 
en el río pendenciero
Nadie se atreve a decir 
que de un censo es imposible
deducir cuál cantidad 
se entremezclan invisibles
a los ojos del naciente 
ocultándose imponentes 
del ocaso  en el rastreo
de pescadores fortuitos
del hacer a su albedrío.
Reflexionando un momento
sobre estas criaturas
triste quedó el firmamento
y el sol se hundió en silencio
dándole paso a la luna 
que enamorada del río
se extendió sobre su cuna.