Errores y horrores
Quizá no es el mejor ejemplo
el de un lápiz y una regla
pero quiero hacer notar
que no es lo mismo tocar
una música o una negra
una joven o una vieja
una prima o una maestra.
Tampoco es lo mismo gritar ¡Ay!
que decir hay un ladrón
que en este mismo momento
se sube por el balcón.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
cómo duele cuando te vas.
Y por si no he sido concreta
y por si esto fuera poco
grito ¡Eh! ¡por ahí no!
no lo hagas a tu antojo,
es que hay peligro en las huellas
cuando todo se acabó
pero no cuando al caballo
por su cabo se lo amarró.
Vas y vienes de proa a popa
con nerviosismo sin igual
si tus bienes están en sopa
por no saber calcular.
Y todo esto lo expreso
con intención de persuadir
antes de volcar aquí sus versos
los errores corregir.