Ni Sonio ni
Marimonia
Un haz pesimista
flechó sus entrañas
timoneó en sentido
contrario la varita mágica
de ese amor
que creía en naciente y así fue
que ni el crudo viento golpeó su rostro
Los
rayos del sol se petrificaron
la luna se envolvió en penumbra
ella sin dudar caminó
hacia el puente gola
sin parapetos
La tristeza se apoderó de su noche
cuando el sopor la sumió en doloroso sueño
Ni Sonio ni Marimonia la conmovieron.
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