sábado, 22 de septiembre de 2018

CON DOS DE AZÚCAR






Ella se quedó mirándolo en silencio
esa fotografía que reflejaba
su sonrisa y sus lindos ojos
con sus ojeras de trasnochado.
Pensó que quizás
un viraje caótico lo embargaba
por eso de él no sabía nada.
Absorta en sus pensamientos
en la sala vacía
se quedó sentada en una silla
inmóvil
llena de nostalgia trasnochada
analizando aquella hipocresía
aunque lo dudaba
¿hubo hipocresía?
Hacía mucho que no lloraba
había perdido el instructivo
¿Cómo hacerlo?
¿Llorar para qué?
¿Por qué?
¿Acaso valdría la pena?
¿Conseguiría algo con el llanto?
Su amuleto le daba fuerza
mirar hacia adelante
era una válida opción
o es que solo fue un encanto
versátil o no
qué más da en este caso.
Retrotrajo su pensamiento
a las elipsis poéticas
en un camino real o imaginario
que la sostenían viva
sin olvidar sus cimientos.
         Aun lo recuerda
         sentado
         frente a la tacita de café
         con dos de azúcar.
                                        Malania

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