Imagen de la red
Con los
primeros signos del día
se despertó.
La vio dormida
en el sillón
con los zapatos
puestos
y el
inconfundible olor a alcohol.
Se llenó de
cólera
no quería para
sí ese tipo de fusión.
La diversidad
le provocaba
un deterioro en
su salud sin ilusión.
Deseaba romper
la monotonía
y modelar algo
singular
algo que le
llenara de satisfacción.
Tomó una ducha
fresca
vistió el
uniforme
roció apenas el
cuello
con su perfume
preferido
y sin hacer el
mínimo ruido, salió.
Recorrió
algunas cuadras
obedeciendo un
envión
y entonces la
vio
nuevamente allí
en el mismo
lugar
allí donde siempre
se reunían
a tomar el café
de media mañana
con galletitas
de almidón.
¿Eran de
almidón?
Un cóctel de
sensaciones
su cuerpo
recorrió.
Su rostro al
verlo, se iluminó
se fundieron en
un gran abrazo sin fin.
Era justamente
eso
lo que ambos
deseaban.
Caminaron
juntos hasta el callejón.
Después nadie
más los vio.
Malania
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