El envión de una burbuja
Mi paso por la
luna me permitió verte mejor
pero sentí
vértigo y regresé a la tierra.
Le robé algunos
rayos al sol para regalártelos
con ellos
podrías iluminar tus días grises.
Te aferraste a la
nada del amor
no divisaste la
luna
no percibiste
los rayos de sol.
La rutina ganó
tus días
y desplegó un
corral de nubes
todas de
silencio y melancolía.
La fiesta se
colmó de lágrimas
las sonrisas no
fueron invitadas,
durmieron en los
bolsillos.
Desapareció la
música
las palabras se
congelaron
las mesas de
café ofrecieron agua salada
y los árboles no
maduraron sus frutos
Escurridiza y asustada
sentí el envión
de una burbuja azucarada
me sumergí en la
pompa más confiable
y viajé de norte
a sur, de oeste a este
simplemente
en búsqueda de
mi propio yo.
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