Música de trenes
fugitivos de las albas,
de truenos que hacían estragos,
de diluvios teñidos de malva,
dejaban desolación
en un corredor tenebroso
entre hilos de telarañas.
Cuando despuntó nuevamente el sol
se encendieron de rosa los almendros,
violetas silvestres rodearon el prado
y el amarillo de lapachos encolumnados
se rodeó del respirar
y del canto de estridentes pájaros
dejando atrás
el callejón de miserias de ácaros
inmerso en las perpetuas y tristes neblinas.
El sol con sus poderes intactos
hoy invita a visitar estos lugares
incluyendo
un silencioso paseo por el lago
para gozar de la naturaleza
con su perfecta y atractiva belleza.
Malania
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