Arrullado
por los rasguños húmedos con aceite de almendras
sintió una sensación de alivio
de ese algo que para él se terminaba para siempre
Sin embargo para ella
la esperanza de seguir amándolo
crecía
como lirios en las palabras
pronunciadas a su oído
y en el escondite de su dorada selva
donde emergía su báculo cálido
lleno de vida y canto
al compás de mimos y besos
La realidad se reflejó en la luna
espejo de un recuerdo pálido
Una a una se apagaron
las luces de las estrellas
bajo la estela
de oscuro aserrín del terciopelo
de un herido corazón.
Malania
No hay comentarios.:
Publicar un comentario