Como una señal fatídica
el
viento norte
irradia
su fuerza a diestra y siniestra
levanta
una nube de polvo
volviendo
pálida la tarde.
No es
tormenta es más que eso.
Transformada
la tarde en noche
la
alegría azul
se
vuelve tristeza en negro.
Hasta
lo imposible lo persigue
pero es
inútil olvidarla.
Sueña
con ella
que
habitan juntos
un
paraíso perdido.
Tiene
pesadillas
y en
vano pretende escurrirse
del
laberíntico vaho.
Quiere
escapar
de esta
difícil turbación
pero
todo es inútil
no
encuentra ni imagina
ninguna
salida válida.
De
pronto descubre
un
mosaico de palabras
y
las distribuye
por su
sonido
por su
emplazamiento
y
por su significado.
Y es al
fin
cuando
el negro y el azul
desaparecen
en la nada.
El
poeta vuelve a vivir
vuelve
a sentir
todo se
transforma en rosa
hay brillo en su mirada
vuelve
a sonreír y a ser feliz.
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