Absorta en mis pensamientos
dormitaba
El eco de tus palabras
golpeó mi ventana
atravesaron mi alma
todo mi ser
Sensuales, prolijas
cálidas, atrapantes
se desplazaron
a través de tus labios
en clamorosos versos
humedecidos por el alba
Me di por aludida
por maravilloso discurso
proclamado con dulzura
sonoro, clamoroso
capaz de atrapar
al más ingenuo león.
Desperté del letargo
el eco calló
palabras suspendidas
en hálito incierto
atrapando destinatarios
que no era yo
Mi rostro palideció
mis ojos se humedecieron
la baraja
rumbo a otros lares.