lunes, 10 de julio de 2017

EN VILO


Montada sobre un sepulcral silencio 
una madrugada 
después otra, después otra más 
y así sucesivamente…
se acoplaron el día y la noche 
con un aire de  vil crueldad
vagando por las orillas 
del abierto ventanal 
sin una letra, ni una palabra 
ni una frase de amistad 
menos una de amor 
siquiera pintada con cal. 
Pero a sus ruegos 
de un mejor destino 
acudió sin desatino 
un duende angelical 
la despertó a las tres 
invitándola a navegar 
por el mar de las gaviotas 
concurrieron las marmotas 
con dulces de toda clase 
con flores en la alfombra
y aromando el universo
en cada mano una rosa. 
                                Malania

REMANDO



Desde la puerta del granero
hasta la muralla del castillo
el hombre forzaba sus músculos
remando en la triste galera.
Los cuadernales ordenaban letras
mojadas con ron y vino tinto
formando palabras incoherentes
colgadas del flujo de un aire ido.
Con poleas y aparejos
quiso adornar el castillo
se perdió en el intento
en innumerables mares vecinos
Lo  terminó pavonando
con aroma de tabonucos
y rodajas de membrillo
y a las resonantes velas
con la espuma de su estela.
                                     Malania