viernes, 23 de junio de 2017

INCANDESCENCIA


Caminaba por la sombra 
esquivando la acera del sol 
No quería que fuera cierto 
lo que sabía era verdad 
No terminaba de entender 
lo que sería su vida sin él 
porque a su lado se sentía feliz 
Con sus ojos trémulos la mirada perdida
en la fosforescencia del horizonte 
caminaba y respiraba sin prisa 
como para aplacar su pálido semblante 
La hizo tan pero tan feliz 
cuando provocaba en ella 
que se encendieran y brotaran 
los capullos de su blanco  pecho 
Horas felices sazonadas 
con cálido sudor malva 
en incandescentes mañanas madrugadas 
o atardeceres en mediodía 
Ella deseaba que se quedara 
no quería que el momento acabara 
en ese silencio interior 
que se rompía con un ah!!!... 
prolongando atardeceres efímeros 
de un amor sin porvenir 
Pero el presente era tan grandioso
cuántas veces!... 
al sentir el escalofrío de las brasas atónitas 
en sus pupilas y todo su cuerpo 
cuando en la sombra apenas iluminada 
percibía en su lecho
la inconfundible fragancia de su amado hombre.
                                                                              Malania