La Navidad no elige momento
para llegar, siempre es el mismo día, instituido vaya uno a saber por quién. Más
de uno puede no estar en el mejor
momento de su vida. Si estamos tristes tenemos que alegrarnos con su llegada aunque
tengamos que pasar ese día quizás sin comida ni bebida o sin el amor que
queremos esté a nuestro lado, o tal vez algunos no estén gozando de buena
salud, entonces es el momento de pedir al Niño Dios todas las Bendiciones para sanarnos
y estar mejor. Sé que no es fácil, pero ¿qué
otra cosa podemos hacer? Disfrutemos de
la Navidad aunque sea con un solo pedazo de pan y en armonía con nosotros
mismos. Los que tenemos familia, reunámonos
en el lugar que se pueda y los que no la tienen, quizás haya amigos y
amigas o vecinos que también están solos, o no, y podrán recibir juntos con ellos la Nochebuena y el nuevo año. No nos encerremos en nuestra casa como si el
mundo no existiera, no nos deprimamos porque aquellos que estuvieron con nosotros la
Navidad anterior, ya no están. El hecho
de estar vivos ya es una bendición, valorémoslo. Agradezcamos lo poco o mucho que tenemos. Y
recordemos: no es tan importante tener muchos alimentos y bebidas en ese día,
lo importante es la llegada de la Navidad.
A TODOS: ¡FELICES FIESTAS!
Malania