Aquel lugar me atraía intensamente, quizás porque allí
habías nacido. El paisaje era diferente al mío, pero me gustaba.
Los primeros rayos del sol irrumpieron en el
horizonte, iluminando los jardines con un halo multicolor.
Caminé bajo la lluvia, bendición para la tierra reseca
por el sol y el viento sureño.
Se animaron rosas y jazmines abriendo sus pimpollos y
otras tantas beldades cuyos nombres desconozco.
Cesó la lluvia y el aire se inundó con una sinfonía de
aromas que hicieron zumbar a abejas y mariposas entre los frutos y las flores.
Es época de guayabas y cítricos tempraneros y las plantas se imponen mostrando sus bellas flores.