jueves, 28 de febrero de 2019

COMO EL BENTEVEO





La niebla vagaba por la pradera sin ánimo de desaparecer.
El viento la barrió hacia el norte con la intensión de alejarla.
Según él, ella eclipsaba el paisaje verde y azul.
Quizás en su glosario no existían definiciones lascivas
y su enfado, si bien no era ostensible, latía.
Hoy, ninguno de los dos piensa de manera sistemática como ayer.
Ella es como un benteveo atesorando pedacitos de luna en el hueco de un árbol.
Mientras tanto, él atesora algodones de nubes azules, en su agitado corazón.   
                                                                                           Malania
Imagen de la red.