DESPERTAR
En la inmensidad de la noche,
cubierto de soledad, el lecho,
soñé que mis brazos aprisionaba
tu pecho contra mi pecho.
Besé tu piel un instante
y al latir tu corazón
llenó mi alma de gozo
y de una inmensa pasión.
Pero el sueño me adormeció,
se derrumbó en la mañana,
el sol atravesó mi ventana
y su luz me despertó.
Por ese día, odié al sol.
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