EL ALFIL
Inundado en su guaría
sintió antojo ambulante
de mullidos caramelos 
que en piel de su amada 
había probado un día.
Abdicó el intento
sus fuerzas viajaron 
se arrebató el tiempo
al tiempo que quiso 
volver un segundo. 
No llores villana 
no llores primor
no todo está perdido 
sí, lleno de dolor 
nada fue previsto
nada se planeó 
solo fue el destino 
el sendero cambió
en lejana noche 
al invierno eternizó. 

 
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