sábado, 23 de julio de 2016

ENTRE GAMONES

Ha pasado una jornada oscura, agravada por la neblina, con flujo luminoso intermitente. Adusto, al atardecer, el calor y la humedad propiciaron su remiso ánimo. No quiso compartir la alcoba esa noche. Buscó un lugar fresco sobre la hierba, sirvió zumo de agraz y miel para aliviar su congestión y se acomodó entre gamones. Allí reposó hasta pasada la media noche. Cuando despertó, la oscuridad cubría la choza. Sigilosamente buscó su cama. ¡Vaya casualidad!, estaba vacía. Ella se había marchado. 

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