Pasan los años
y la vida se presenta
como un proceso de demolición.
De nada sirve
ser demasiado formal
y horriblemente previsible.
Queda un desafío
salir de lo trillado
dejando de lado
la agenda del tiempo.
Hoy mi ciudad
amaneció de buen humor
contagiando los corazones
de los que madrugan
y gozan con ver salir el sol.
Acaece una fiesta
la de la primavera
en la que bailan
las hojas verdes
al compás del viento
mezcla de perfume
y de bellos colores
de las diferentes flores
que nos regala
la incomparable naturaleza.
Malania
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