domingo, 2 de julio de 2017

DÍAS DE JULIO




Los días horizontales de julio  
se convierten  en turbias jornadas 
con rumores de limo volcánico. 
Un reguero de polvo radiante 
indica que todo ha cambiado.
Los amaneceres se ven demorados 
por lunas de cenizas y lluvias heladas.
Hasta las papas se muestran nevadas 
y los caracoles adormilan 
bajo el colchón de hojas 
que el otoño les ha regalado
Muchedumbre embrutecida 
por la ventisca del mediodía 
buscan la acera del sol ausente.
Nadie reconoce los ojos del desencanto 
los labios ansiosos, la mano agitada  
que va diciendo adioses sin destino concreto
desde una puerta entreabierta 
tan fría como la misma nieve.
Los gorriones más atrevidos 
se congelan en un último aleteo 
con sus picos abiertos,  implorando 
que volviera el buen tiempo.
Los pelícanos amontonados 
a la vuelta de la esquina 
se transmiten el calor del cuerpo 
enmarañando su plumaje entre ellos.
Desde una ventana de cristales mustios 
él observa su cruel destino de auto presidiario. 
Pero no temas…aquí estoy…una voz de luz repite
“no temas…aquí estoy
y aunque el mundo congele tus  huesos 
y en silencio  opaque  tus besos 
Yo seré por siempre tu celda ardiente” 

Tu voz en mí. En mí, vos, por siempre vos. 

                                                           Malania

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