Entre otras especies, abigarradas
estaban allí en el portal
en macetas, enraizadas
declamándose juramentos indecentes
Con argucia de gacelas
mecidas por el viento
se acariciaban en secreto
se siseaban entre sí
cuando caía la noche y decaía la brisa
Más tranquilas, las estrellas estaban
sobre el piso mojado
por la lluvia demorada
por la noche sin luna.
Breve crepúsculo arremetió
en hilo de luz las sorprendió
besándose con el viento.
Esa noche no hay dormido
pero sí, han soñado.
Malania
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