En un mundo borroso del crepúsculo vespertino
pasean los últimos claros de un día que está muriendo.
Desde la lejanía del tiempo
el aroma de café se despliega envolvente
al ver una resquebrajada ausencia.
Ella recuerda otras tazas de café
otras copas de agua mineral sin gas
en silencio desgastado y triste.
Sus ojos van recorriendo palabra tras palabra
pronunciadas con mimos intermedios.
Ya no le importa cómo se presenta la noche
si habrá luna brillante o si será cerrada y oscura.
El susurro del aire acaricia su oído
mientras desmenuza su melancolía
embriagándola de los recuerdos
de otras mañanas, de otras tardes
de aquellos otros aromas compartidos.
Malania
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