Vientos
gélidos y furiosos 
golpeaban
los cristales de las ventanas
como
queriendo refugiarse 
en el
ambiente cálido
para no
empaparse 
con gotas
de agua y escarcha.
Ella parecía
no escuchar 
inmersa
entre las páginas 
de algún
libro preferido
o en letras
y palabras sueltas 
escritas al
azar 
por algún
autor desconocido.
Resurgían emociones
afloraban
vivencias 
volando en
una nube de sueños.
Lo importante
era continuar 
no
estancarse 
no quería
bajar los brazos 
aunque no
tuviera planes futuros.
En sus
nocturnas pausas
lo veía
cercano 
restregando
sus manos frías.
Recordaba
sus letras, sus ademanes
sus gestos
y su sonrisa. 
“No tengo
frío” decía
y ella lo
estrechaba fuertemente.
Hoy todo es
diferente en su ausencia
y ella
sigue inmersa 
en las
páginas de algún libro
entre sus
letras y palabras sueltas
o en alguna
de sus poesías.
                                               Malania

 
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